GALERÍA JAVIER SILVA  

   

   

   

ARTISTAS /Artists

pielquehacemasa · masaquehacepiel

_Daniel Verbis

04.10 - 25.11.2013

 

                 

 

Valor de la pintura: Una proposición indecente. Una más.

El problema que ahora tenemos (los artistas) es que la creatividad tiene que pasar por un riguroso programa de convalidación institucional; socialmente (teóricamente) hay que ser útil.

¿Es posible el pensamiento en el fragor visual del arte actual? Fijar una imagen, en este caso a través de la pintura, hace factible un pensamiento sustancial, abre una posibilidad: esencialmente, que el propio objeto del pensar no se contradiga.

Tendríamos que solucionar la siguiente paradoja: el futuro del arte ya no puede ser moderno pues el presente proscribe la incoherencia en beneficio de la inocencia. ¿Será cierto que el futuro nunca existió?

La forma artística debe distinguirse de lo ordinario pero sin exigir lo extraordinario obligatoriamente.

La pintura quiso buscar la verdad convirtiendo al artista en un salvaje. Pero este camino se agotó enseguida. La pintura es longeva porque es un lenguaje extraordinariamente sofisticado. Aunque prácticamente se elabora mediante superposiciones, es inevitable constatar que en realidad se organiza, se modula a base de referencias.

Huimos del estilo porque nos caracteriza como sujetos (¿será ese mi yo?) y nos enredamos en los laberintos de la imagen objetiva que irremediablemente nos conduce a un reduccionismo metalingüístico (al acotamiento impostado de un distintivo formal), al masaje del mensaje (actuamos en función de la receptividad social), o lo que es peor, a avalar la ficción con bienintencionadas teorías sin fundamentar (en la actualidad lo ortodoxo es vincular el objeto a un contexto social, ya sea local-nacional-internacional, aunque el objeto en cuestión no de mucho de sí).

No hay lenguaje sin vergüenza.

Incluso en los casos de mayor espontaneidad buscar un alto grado de precisión.

 



Me falta energía cuando no barrunto ni una pizca de belleza. Me falta energía (llámalo voluntad) cuando no barrunto ninguna razón para dar forma.

Según se dice no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Hoy en día somos todos ¡tan sensibles!, agitamos el árbol con fuerza y evitamos el riesgo de trepar. Hacemos una gran tortilla al tiempo que derribamos el nido impunemente. ¿No sabemos que un nido es sólo apenas unas ramitas superpuestas?

La pintura es compleja. Su razón de ser no es un objeto concreto sino los registros múltiples de las variaciones de las relaciones que ubican el objeto. Así se delimita el motivo.

¡Hay de aquellos que confunden la espontaneidad con la casualidad!

Ante la suspensión poética y ante la instrucción mediática irrefutable: pintura animal. Ante la marginación de la autoría y el desfallecimiento conceptual: pintura animal. Ante la astucia memorizada y el amaño visual: pintura animal.

No se trata de pintar como un animal o de pintar la anatomía de un animal, sus expresiones o su simbología, sino que se trata de permanecer en un estadio de la pintura que podríamos llamar de animalidad. Lugar de tránsito, lugar en donde el pensamiento está sujeto a unas condiciones de producción híbridas (racionales y animales, físicas y psíquicas), unas condiciones que son las del propio cuerpo despolitizado.

Este concepto (deleuziano) de animalidad no conoce la compartimentación de las especies y no privilegia ninguna categoría de manifestación animal: molecular, ecológica, familiar, doméstica, simbólica, natural, espiritual, cínica, anatómica, festiva, viral… La circulación entre categorías se produce con naturalidad. ¿Esto explicaría por qué el concepto de animalidad está emparentado con el concepto de plasticidad, (hay transformación y recomposición, hay evolución y mutación)?

 



La materia se deforma para dar forma (inamovible) a la movilidad del pensamiento (las tensiones y las distensiones son en realidad condiciones físicas del pensamiento material). En las artes plásticas se admite el uso de la fuerza porque el pensamiento es un hecho concreto, perceptible, corpóreo, espacial.
Materialismo existencial de la masa (pero no de la masa social). Materialismo existencial del sujeto (pero del sujeto individual). Capricho.

El cuerpo sin órganos de la plástica es el mismo que el cuerpo sin órganos de la animalidad. Si no hay órganos es porque los organismos y las organizaciones son la condición generadora fundamental o, podría ser, porque todo es parte de un gran órgano, porque todo es piel.

Una condición de la plasticidad es la mutabilidad. El artista plástico es variable, retrasa por lo tanto el momento de dar algo por finalizado.

El artista debe tener presente una cuestión que curiosamente no es condición de la belleza natural: su durabilidad.

¿Es posible pintar sin claudicar a la insoportable levedad del ser social?

¿Es posible saltarse toda esa parte de la realidad que no es real? Me refiero a esa parte en la que se nos dice cómo hay que pensar (y sobre qué).

He aquí uno de los problemas de la pintura contemporánea: vista de cerca pierde interés.

La pintura o es telescópica o no es.

¡En la vida tenemos tantos problemas…! Uno de los míos es que no hay inocencia en nada de lo que hago.

No hay plástica sin metamorfosis. No hay plástica sin rectificación.

La cuestión del estilo es (en la teoría) cómo deconstruirlo y (en la práctica) cómo repetirlo.

Procurar que la piel haga masa. Procurar que la masa haga piel.

Respecto del neoconceptual (y no tanto del conceptual de los años sesenta y setenta) yo diría que no comparto esa (falta de) sensibilidad.

La suspicacia y la hipersensibilidad, “las bromas finitas” y los acertijo con solución incorporada, el acontecimiento ridículo… y todas esas afectadas muestras de la inteligencia susceptible de confirmar el ego de amigos y correligionarios no puede ser el carburante del arte. ¿Por qué refractar esa nada, ese vacío en la abyección del mal gusto y el aburrimiento? ¿Por qué ser tan vengativo?


Cuando la realidad es referente podemos permitirnos el lujo, por así decir, de ser imprecisos. La propia realidad es un modelo que posibilita la interpretación de la percepción. Pero cuando no existe este referente (por ejemplo en el arte abstracto) hay que ser totalmente consecuentes en cada caso. Todo es lenguaje. La percepción significativa es la decodificación de ese lenguaje. Sólo cuando la cosa es “totalmente” nueva (si eso es posible), entonces la cosa vale por sí misma. La imprecisión plástica no activa la ambigüedad de los significados. Los registros no valen por lo que desechan o evitan. En la pintura todo es resto presencial. El significado (poético) es acumulativo.

Siempre encontraremos una buena razón para justificar la repetición.

¡Artistas, no esparzáis las cenizas todavía calientes de vuestros padres para abonar la tierra baldía y recoger antes de tiempo fruta que no ha podido madurar!

Buscamos con insistencia la verdad porque sabemos que el cometido del pensamiento, en última instancia, es engañarnos continuamente sin dar(nos) cuenta de ello.

Una de las características que presenta el arte actual es que se llega al éxito a través del exceso. Alguien tendría que decir que el exceso es un signo mal ponderado de elocuente inmadurez.

Cuando el motivo se expande hasta ocupar todo el cuadro repitiéndose, cada inflexión normativa es una variación decorativa. ¿Cómo hacer que la decoración parezca funcional (fundacional) para no erradicarla arbitrariamente?

La pintura es una ventana condenada al pensamiento.

Intenta conseguir que las ideas no justifiquen el arte. Que en efecto el arte sea una forma (otra) de pensamiento.

La geometría es el desenlace lógico para los artistas que se resisten a la biología, a la geología, a la psicología…

Si considero que justificar el valor de una obra de arte no puede prescindir de sus características formales esenciales y si considero que dar excesivo valor a la palabra es una actitud negligente y eso me hace sentir culpable, ¿qué puedo hacer para que el otro, independientemente de lo que yo diga, me comprenda?

Evitando recurrir a un posible valor de la acción, la pintura abstracta en puridad sólo puede analizarse como gramática. Aunque uno siempre se plantee qué pudo querer decir el autor.

En general asumimos con total normalidad el formato rectangular. He ahí una prueba de que la pintura, también en general, sigue siendo representativa.

Si tengo un proceso (una técnica) que desencadena una imagen (una forma) que sugiere una idea (un concepto) y si como colofón puedo incluso escribir un breve texto, es decir, si tengo todo esto tal cual, ¿voy haciendo el camino (según se dice) al revés?


danielverbis
(mea culpa)

 

 

 

 

Daniel Verbis

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