ARTISTAS /Artists

inhuman

_ Jose Castiella

17.05 - 30.06.2014

Sobre Inhuman_ Sonia Fernández Pan

 «Also there was a desire, a powerful desire though an impossibility, to paint things as if one had never seen them before, as if one had come from another planet».
Philip Guston

La dilatación del significado del concepto de texto ha provocado también una ampliación del concepto de imagen. La imagen se convierte en texto y el texto es mucho más que palabras, trascendiendo su inicial arquitectura verbal. En relación a esa imagen que también es texto, la pintura aparece entonces no tanto como aquella imagen en la que el autor está más presente que nunca a través del estilo sino como un espacio de convergencia en la que el pintor practica una suerte de ventriloquia visual. Por una parte, cada pintura encierra una historia de la pintura. Por otra, la pintura es un medio en el que el pintor habla de otras cosas a través de sí mismo, hablando de sí mismo a través de esas otras cosas. Hoy día la pintura es una imagen que todavía no puede prescindir del autor, aunque ese autor haya dejado de ser un demiurgo para convertirse en catapulta.

Si pensamos en la imagen como texto sería pertinente entonces intercambiar la noción de pintor por la de escritor. Sin embargo, la actitud de Jose Castiella se acerca más a la figura del director de cine (cabría recordar aquí también que la imagen en movimiento tiene mucho de texto). Pensar la pintura como una escena que sólo el pintor conoce y que sólo puede ser producida y organizada por él. Una pintura, en el caso de Jose Castiella, con efectos especiales y con personajes no necesariamente humanos que van entrando en una escena que destaca por el protagonismo de la luz artificial y por las cualidades disformes de la forma. Una pintura que condensa una película entera en un solo plano y que cede al espectador la descodificación de un relato sin narrativa explícita. Una pintura que nos devuelve al hemisferio apocalíptico de la ciencia-ficción sin pasar por el fin del mundo.

Pero también podríamos entender el trabajo de Jose Castiella como el de un dibujante de cómics que presenta al espectador –ahora reconvertido en lector- diferentes páginas autónomas de un relato que se sirve del espacio como soporte narrativo. Frente a la idea de un cómic expandido que extiende el relato sobre la totalidad del espacio expositivo, presentando toda una historia en un golpe visual, Jose Castiella extravía el cómic del dibujo, condensa la historia en una viñeta y lo desvía hacia la materialidad de la pintura. El resultado: unos personajes bajo la corporalidad expansiva de la mancha que, como la ciencia-ficción, recogen la idea de aquellos nuevos organismos que sólo existen en la posibilidad de un imaginario concreto. La propia materia pictórica aparece como un personaje más del relato, uno que habita el cuadro invadiéndolo como aquel océano de Solaris incomprensible para la habitual lógica racional del ser humano.

Influido por los cómics de ciencia-ficción de los años 70, Jose Castiella reúne una herencia personal y colectiva por evocación y a través de la memoria que se desliga de la cita literal para ocupar una actitud similar a muchos pintores. Aquella centrada en la reflexión de la propia materialidad de la pintura y de la pintura como un acto que sucede durante. Porque, como el propio Jose Castiella apuntaba con trabajos anteriores, cada cuadro pintado constituye la fase de un juego que nunca se termina pero que obliga al pintor a seguir pintando para conocer el desarrollo del mismo sin la promesa de un desenlace.

Sonia Fernández Pan

Jose Castiella

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