GALERÍA JAVIER SILVA  

   

   

   

ARTISTAS /Artists

EDUARDO ALONSO RICO 

 

 

«Eduardo Alonso utiliza las técnicas del maquetismo al servicio de la expresión artística, en un contexto de multidisciplinariedad que bebe de las artes narrativas, la arquitectura y la tradición minimalista en la que la huella manual del artista queda anulada y la interrelación con el espacio expositivo es un factor clave a la hora de mostrar el trabajo.

Siguiendo estas premisas, Eduardo Alonso recrea un espacio blanco, sin referencias geográficas, una cartografía imposible que es intervenida con sus maquetas, blancas y rojas, de una factura limpia que sugiere un silencio, no solo visual, sino también vivencial. Un espacio habitado por seres solitarios, perfectamente integrados en ese mundo distópico, ese no lugar que conforma una ciudad del futuro perfectamente funcional pero despojada del ruido, entendido este como la infinidad de elementos contingentes de la cotidianidad humana, provocados por la convivencia y la comunicación interpersonal, elementos definitorios de la polis que Eduardo Alonso elimina, para recrear un mundo en el que el azar no tiene cabida.

Su(s) personaje(s), habitante(s) de esos Días futuros que él bautiza como el extraño, encarna al hombre alienado (Marx) y unidimensional (Marcuse) que para Eduardo Alonso sería el habitante perfecto de esa distopía, auténtico futuro posible hacia el que puede estar caminando nuestra sociedad, inmersa en una espiral de productividad económica en la que la condición humana del individuo tiene cada vez menos importancia.

Formalmente, la obra de Eduardo Alonso se mueve entre la pintura, la escultura y la instalación. Elementos todos ellos puestos al servicio de un relato que, como en este caso, frecuentemente encuentra en el fatalismo futurista su lugar narrativo, introduciéndonos de modo sutil (por el atractivo visual de sus piezas) en un mundo terrible que él propone como un futurible que estamos llamados a evitar.

Procedente de la pintura, Eduardo Alonso no tardó en comprender que para satisfacer sus necesidades como creador, debía pasar a las tres dimensiones y es así, como desde hace más de diez años, combina en su trabajo lenguajes, técnicas y soportes a través de los que rompe con su condición de pintor, para convertirse en un artista transversal, con una obra que conlleva una fuerte carga narrativa en la que proyecta sus preocupaciones ideológicas.»

Javier Pérez Buján, 2012 

 


«Nuestro modo de conocimiento, parece basarse en un análisis minucioso de los objetos. Bien creados por la naturaleza o bien creados por nosotros, la constante es evidente en todos los campos.

Nombramos, contamos, clasificamos y simbolizamos objetos como: vasija, hueso, galaxia, retablo, tumor, partitura, célula, mente... en un intento de reconocimiento de nuestra existencia.

Mi trabajo consiste en una materialización de mi consciencia: desde mi mente construyo el objeto y desde el objeto regenero la imagen/pintura».

 

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EDUARDO ALONSO RICO

 

 

 

«Eduardo Alonso utiliza las técnicas del maquetismo al servicio de la expresión artística, en un contexto de multidisciplinariedad que bebe de las artes narrativas, la arquitectura y la tradición minimalista en la que la huella manual del artista queda anulada y la interrelación con el espacio expositivo es un factor clave a la hora de mostrar el trabajo.

Siguiendo estas premisas, Eduardo Alonso recrea un espacio blanco, sin referencias geográficas, una cartografía imposible que es intervenida con sus maquetas, blancas y rojas, de una factura limpia que sugiere un silencio, no solo visual, sino también vivencial. Un espacio habitado por seres solitarios, perfectamente integrados en ese mundo distópico, ese no lugar que conforma una ciudad del futuro perfectamente funcional pero despojada del ruido, entendido este como la infinidad de elementos contingentes de la cotidianidad humana, provocados por la convivencia y la comunicación interpersonal, elementos definitorios de la polis que Eduardo Alonso elimina, para recrear un mundo en el que el azar no tiene cabida.

Su(s) personaje(s), habitante(s) de esos Días futuros que él bautiza como el extraño, encarna al hombre alienado (Marx) y unidimensional (Marcuse) que para Eduardo Alonso sería el habitante perfecto de esa distopía, auténtico futuro posible hacia el que puede estar caminando nuestra sociedad, inmersa en una espiral de productividad económica en la que la condición humana del individuo tiene cada vez menos importancia.

Formalmente, la obra de Eduardo Alonso se mueve entre la pintura, la escultura y la instalación. Elementos todos ellos puestos al servicio de un relato que, como en este caso, frecuentemente encuentra en el fatalismo futurista su lugar narrativo, introduciéndonos de modo sutil (por el atractivo visual de sus piezas) en un mundo terrible que él propone como un futurible que estamos llamados a evitar.

Procedente de la pintura, Eduardo Alonso no tardó en comprender que para satisfacer sus necesidades como creador, debía pasar a las tres dimensiones y es así, como desde hace más de diez años, combina en su trabajo lenguajes, técnicas y soportes a través de los que rompe con su condición de pintor, para convertirse en un artista transversal, con una obra que conlleva una fuerte carga narrativa en la que proyecta sus preocupaciones ideológicas.»


Javier Pérez Buján, 2012